sábado, 26 de mayo de 2012

NIÑOS CON DEFICIT ATENCIONAL, ¿CÒMO TRATARLOS?


El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual. Es un trastorno muy prevalente que, según estimaciones, afecta a entre un 5% y un 10% de la población infanto-juvenil, siendo unas 3 veces más frecuente en varones. Se han demostrado diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales o niveles socioeconómicos, cosa que no ocurriría si realmente fuese una enfermedad somática. Representa entre el 20% y el 40% de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.
Se trata de un trastorno del comportamiento caracterizado por distracción moderada a grave, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Tiene una muy alta respuesta al tratamiento, aunque se acompaña de altas tasas de comorbilidad psiquiátrica. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV): "Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos (p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas)"; normal por otro lado; no les sucede cuando algo realmente les motiva, como jugar a la videoconsola o ver la televisión, por ejemplo.
Este "trastorno" fue reconocido primero en la edad infantil. Sin embargo, en la medida en que fue mejor comprendida, se reconoció su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta más allá de la adolescencia (es difícil modificar comportamientos que ya están tan arraigados, si no ha habido unas pautas de crianza correctoras previamente). Los estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado que entre el 60% y el 75% de los niños con TDAH continúa presentando los síntomas hasta la vida adulta.
El niño con déficit atencional en el hogar y en la escuela

En el hogar hay muchas formas de apoyar al niño, para lo cual entregamos a continuación algunas recomendaciones.
En el hogar

1. Fragmentar o distribuir el tiempo de trabajo, variando las actividades, no mantener la atención y concentración por periodos prolongados en una misma actividad, enfatizando más en la calidad que en la cantidad y valorando más los progresos y el esfuerzo que los resultados propiamente tales.

2. Se ha observado que se logran mejores resultados con estos niños cuando se dan las instrucciones o se les habla en tono bajo o individual.

3. Ayudar a focalizar su atención cuando se le dan instrucciones acercándose físicamente, realizando cambios de inflexión de voz o haciendo alguna seña para que fije su atención en el lugar que sea necesario.

4. Comprender que las conductas presentadas corresponden a una inmadurez neurológica y no a conducta de tipo voluntaria.

5. Orientar su inquietud de una manera positiva, asignándole pequeñas responsabilidades domésticas dentro del hogar (ordenar, limpiar, ayudar a cocinar, etc.).

6. Ayudar al niño a emplear sus habilidades como compensación de sus limitaciones o alteraciones.

7. Intenta mejorar su autoestima, ayudándolo a darse cuenta que es necesario y positivo para los demás, favoreciendo además el cambio de la imagen de "niño problema" y facilitando la adaptación de él con los demás.

8. Ofrecer demostraciones de cariño y aceptación a través de frecuentes caricias, cosquillas, besos o luchas bulliciosa. Tener siempre en cuenta que el niño hiperactivo necesita gran cantidad de contacto físico y afecto paternos.

9. Intentar fomentar la capacidad del niño para concentrarse en lo que está haciendo, reduciendo en todo lo que sea posible los estímulos altamente perturbadores y distractores en su entorno, como radio, televisión, muchos cuadros o posters, etc.

10. Intentar realizar ejercicios de relajación, reducción de tensión, ojalá cinco minutos en la mañana y cinco o diez en la tarde. Trate usted de ser un modelo de cómo permanecer quieto y concentrado. Lo ideal es que el resto de la familia también participe.

En la Institución Educativa se sugiere:

1. Aplicación de Evaluación Diferenciada, que debe ser sugerida por uno de los especialistas a cargo, y debe consistir en dar opciones al niño, tomando en cuenta sus dificultades. Se sugiere que la evaluación sea de acuerdo a su propio ritmo de aprendizaje, dar más tiempo para responder, aclarar las preguntas que le son poco claras, etc.

2. Sentar en los primeros lugares de la sala con el objeto de favorecer el control de la atención.

3. Realizar algún tipo de actividad para todo el curso donde el niño tenga más aptitudes y permitirle que obtenga algún premio (ganado en forma real), por ejemplo, "premio al más artístico", "premio al mejor músico", etc.

4. Asignarle tareas específicas de colaboración, como por ejemplo, repartir material, entregar pruebas, etc., de manera de orientar su inquietud de una forma positiva.

5. Reforzar constantemente sus esfuerzos para superar sus dificultades.

6. Promover la participación en actividades extraprogramáticas del establecimiento, de manera de que tenga interacción con otros niños, facilitando la posibilidad de participación en otras actividades distintas a las escolares, otorgándole la posibilidad de desarrollo en áreas o habilidades que pueden ser de su interés y más fáciles para él.

7. Destacar en forma positiva la participación del niño en las actividades en la sala de clases, así como también sus logros y avances en relación a sí mismo, ya sea en relación al rendimiento a sus conductas. De esta forma se favorecerá su autoestima y motivación escolar.

8. Focalizar su atención al dar instrucciones o entregar contenidos, observando si está atento visualmente, tocarlo y dirigirle la palabra directamente.

9. Darle la posibilidad que salga a "descargar" energías.

Estrategias destinadas a captar la atención del alumno.

    Uno de los objetivos básicos del profesor de clase es captar la atención de sus alumnos. Teniendo en cuenta que la atención es selectiva, el estudiante concentrará su atención en aquello que le parezca interesante. De ahí la conveniencia de que el profesor utilice como parte de su exposición anécdotas, curiosidades e historias interesantes, y que con frecuencia haga preguntas que obliguen a los niños a prestar atención  (Gallego, 1997).


   Así mismo, para llamar la atención sobre la información o procedimientos, a  menudo el maestro deberá utilizar láminas novedosas llenas de colorido y atractivo, plumones de diferentes colores que resalten las ideas principales del tema (Bichler, 1992). Sin embargo, un ambiente sobreestimulado contribuye también a incrementar los periodos de distracción, por lo que la clase deberá estar sencillamente decorada, ventilada, con un ambiente agradable, normas reguladoras del comportamiento y relaciones afectivas entre los alumnos y el profesor (Gallego, 1997).

   Genovard (1980; véase en García, 1997) indica que el maestro deberá analizar los intereses básicos del alumnado y basar en ellos la actividad escolar. Así mismo, al comenzar una clase deberá informar al alumno de los contenidos que abarca el tema y el nivel de dificultades reales de la misma. Finalmente deberá desarrollar los contenidos de los temas debidamente estructurados y organizados.

    Para Gallego (1997) El profesor puede entrenar al alumno en el uso de estrategias para el manejo de información como los esquemas y resúmenes, puede ofrecer ejercicios de relajación y gimnasia rítmica para los que lo necesitan cuando hay agotamiento por un exceso de información recibida. Igualmente este autor resalta la importancia en el autoconocimiento por parte del alumno de su propia capacidad de atención a través del uso de cuestionarios manejados por el profesor de clase.

Estrategias destinadas a mantener la atención del alumno.

    Bichler (1992) considera que los alumnos prestan atención a la clase cuando comprenden que le será útil para adaptarse a su ambiente, por lo que recomienda que las clases de aritmética, ortografía, lectura, etc. se relacionen con los intereses naturales de los estudiantes (por ejemplo, llevar el registro de dinero para hacer compras, escribir cartas para varios funcionarios del gobierno, criticar los programas de televisión, medir la temperatura, el viento, etc.) para lograr el mismo efecto, el profesor puede establecer dinámicas o juegos que dependan del mantenimiento de la atención como el juego de simón, seguir la pista de un objeto oculto, o determinar si dos imágenes son idénticas o diferentes.
 Genovard (1982; véase en García, 1997) señala algunas estrategias para mantener la atención.

- Variar los estímulos, pues un ambiente estimular monótono disminuye el nivel de vigilancia, si hay cambios de estímulos o situaciones es más fácil mantener la atención.

- Crear conciencia de satisfacción hacia el rendimiento obtenido y conseguir que el alumno tenga satisfacción por atender.

- Mostrar un cierto grado de afectividad en el momento de transmitir la información.

Gallego (1997) precisa ciertos procedimientos al respecto.

- Acortar el tiempo de explicación oral y utilizar la actividad motriz de los alumnos como en ejercicios en el cuaderno o alguna actividad escrita.

- Realizar con frecuencia preguntas concretas para incrementar la participación ordenada de los alumnos.

- Proporcionar recompensas a las intervenciones positivas.

- Es útil interrumpir la transmisión de conocimientos para que los alumnos lo completen o terminen, pues cuando el alumno es más participativo, crece su nivel de atención.

- El profesor puede también entrenar a los alumnos con déficit de atención en estrategias de autocontrol, mediante el uso de registros de control de la atención que el alumno deberá llenar en cada clase y entregarla al profesor para su valoración.

- El profesor deberá estar capacitado para ayudar al niño en el desarrollo de su lenguaje interno, lo que da muy buenos resultados en niños con déficit de atención.

- Reforzar directamente las actividades académicas en niños con déficit de atención.

- El profesor deberá promover la toma de apuntes en los estudiantes durante todo el tiempo que dure su exposición.

Cabe resaltar que los materiales para el entrenamiento de la atención no están restringidos a la edad, como es el caso de las pruebas psicológicas, ya que el objetivo principal es que el niño aprenda inicialmente bajo guía, un dialogo interno y posteriormente se de autoinstrucciones verbales y desarrolle estrategias a través de la resolución de sus tareas, esto quiere decir también que no se deben tomar las tareas de los manuales existentes como un conjunto de ejercicios cuya solución exitosa y repetitiva sea garantía de mejora.

   En dicho entrenamiento los terapeutas y profesores pueden emplear tareas de memoria visual, seguimiento visual, laberintos, discriminación visual, búsqueda de semejanzas y diferencias, colorear recuadros y formar un dibujo, secuencias de números, letras, unir puntos, y demás ejercicios, los cuales dependerán también de la creatividad de quien entrena.

   Al respecto, García (1997) considera que las estrategias más importantes que el niño debe desarrollar son:

-    Estrategias de atención global, que consiste en atender lo más posible a toda la información que se le presenta mediante la exploración o el escudriñamiento de la información.

-  Estrategias de atención selectiva, en el que se deberá seleccionar la información más relevante mediante técnicas de fragmentación o subrayado.

-  Automatización de los pasos y estrategias utilizadas.

-  Estrategias de atención sostenida, en la que se deberá utilizar técnicas de memoria, elaboración de esquemas, hablar y repetir la información en voz alta, etc.

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